lunes, 8 de septiembre de 2014

RIESGOS DEL FUMADOR PASIVO

El consumo de tabaco mata a más de cinco millones de personas cada año, es decir más que el VIH/Sida, la tuberculosis y el paludismo juntos. De continuar la tendencia actual, el consumo de tabaco podría cobrarse la vida de más de ocho millones de personas por año en 2030 y hasta mil millones en total en el siglo XXI.

Este año, el informe de la OMS sobre la epidemia mundial de tabaquismo, 2009 se centra en los ambientes sin humo. El humo de tabaco ajeno o tabaquismo pasivo es responsable de una de cada 10 muertes relacionadas con el tabaco. Crear ambientes totalmente libres de humo de tabaco es la única manera de proteger a las personas de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo.

Los fumadores pasivos son aquellas personas que, sin ser fumadoras, están expuestas con frecuencia al aire contaminado por el humo de tabaco (ACHT). El ACHT esta formado por el humo que se desprende del cigarrillo y por el humo que expulsa el fumador después de fumar. Es incluso más dañino que el humo que inhala el fumador, porque contiene mayores concentraciones de sustancias perjudiciales.

En un principio, se pensó que "fumar involuntariamente" causaba sobre todo efectos leves como irritación en los ojos. Sin embargo, hoy día se sabe que los fumadores pasivos presentan, con mayor frecuencia que los que no lo son, alteraciones respiratorias, cardiacas, otorrinolaringológicas e incluso cáncer de pulmón. 

Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Según la OMS, alrededor de 250 millones de los niños que están vivos en el mundo hoy morirán por causa del tabaco.

Normalmente el 15 por ciento del humo que desprende el cigarrillo es inhalado por el fumador, mientras que el 85 por ciento queda disperso en el aire. Este humo pertenece a la corriente secundaria y contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán, y cinco veces más de monóxido de carbono, que la corriente principal. 

Por lo tanto, los no fumadores también se ven perjudicados por los efectos nocivos del tabaco. Se ha comprobado que las personas que no fuman y se exponen al humo durante una hora inhalan una cantidad equivalente a 3 cigarrillos. Esto eleva hasta un 30 por ciento el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria y cáncer de pulmón. Asimismo, supone un riesgo para las personas que tienen problemas respiratorios y cardiacos y empeora patologías preexistentes como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la bronquitis crónica. 

Las medidas recomendables para el no fumador incluyen evidentemente frecuentar únicamente lugares públicos de diversión (bares, cafeterías, etc.) donde exista la prohibición de fumar. Si el cónyuge o pareja es fumador, debe intentar fumar siempre fuera de casa en espacios abiertos, el riesgo de cáncer de pulmón en la pareja no fumadora de un fumador aumenta considerablemente respecto a pareja de un no fumador.
Respecto a los niños, es importante, que el pediatra detectar a los padres fumadores y explicarles las consecuencias sobre la salud del menor para motivarles sobre la necesidad de dejar de fumar.

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