lunes, 17 de agosto de 2015

TERAPIA ASISTIDA POR ANIMALES

Dra. Verónica Espinoza Medrano
R3 Medicina Familiar y Comunitaria

"El hombre tiene un gran poder de habla, pero la mayor parte de lo que dice es vano y engañoso. Los animales apenas pueden hablar, pero lo poco que dicen es útil y veraz, y es mejor una cosa pequeña y cierta que una gran falsedad." Leonardo Da Vinci.

Los animales pueden llegar a ser grandes compañeros de vida que nos brindan gran afecto y cariño pero también pueden llegar a ser una influencia positiva en nuestra salud, influencia que debemos estudiar y sacar los beneficios respectivos para todos los involucrados. La población con discapacidad o Población Especial es bastante alta en nuestro medio. Las limitaciones físicas, psicológicas, emocionales y de adaptación social afectan la calidad de vida de estos niños, quienes a pesar de recibir un abordaje, aún requieren que se implemente otras opciones interventivas para mejorar su calidad de vida.

La Terapia Asistida por Animales (TAA) es un tipo de estrategia de asistencia sanitaria que implica la interacción entre un paciente y un animal, a menudo un animal doméstico, como parte del proceso de tratamiento. El concepto general detrás de este tipo de terapia es que los seres humanos y algunos animales pueden conectar y establecer un vínculo emocional y mental, para satisfacer al ser humano que se está recuperando de algún tipo de trauma médico, o que está aprendiendo a vivir con una discapacidad. A medida que el proceso de unión continúa, la relación entre los humanos y los animales ayuda a crear un estado psicológico positivo, que a su vez ayuda. en la recuperación de las habilidades motoras perdidas, el vocabulario, y una serie de otras herramientas que se utilizan en la comunicación.

El trabajo con animales domésticos data del año 1792, en Inglaterra, cuando el médico William Tuke, comienza a emplear perros para mejorar las deplorables condiciones en las que se vivían en los manicomios. Consideró aplicar menos castigos y azotes y sí basar los tratamientos en la dependencia que puede resultarle a un hombre una mascota. Con el tiempo, su pensamiento vanguardista, daba los primeros frutos al comprobar los resultados positivos que surgían de tal relación. La soledad mermaba, al igual que la locura y las relaciones pacientes animales, humanizaban los tratamientos. 

Ya en 1944, la Cruz Roja de Nueva York utilizó perros en la rehabilitación de ex combatientes. Mundialmente, existen programas donde se utilizan perros con pacientes internados o ambulatorios. Éstos aumentan los niveles de autoestima, lo cual colabora en la recuperación de los mismos. 

En 1953, Jingles, el perro del psiquiatra Boris M. Levinson le sugirió su potencial como coterapeuta. El Dr. Levinson, en los años 60 fue pionero al emplear Pet Facilitated Psychotherapy (PFP) con niños con trastornos del comportamiento, déficit de atención y problemas de comunicación. En 1966, Erling Stordahl, músico ciego, fundó el Centro Beitostolen, en Noruega, para la rehabilitación de invidentes y personas con discapacidad física, en donde perros y caballos intervinieron en el programa para animar a los pacientes a hacer ejercicio. Muchos de ellos aprendieron a esquiar, montar a caballo y a disfrutar de una vida más normalizada que incluyera una cierta actividad deportiva. En 1973, Elizabeth Yates trabajó con un perro que ayudaba a los niños en un Hospital Mental en Michigan. Samuel y Elisabeth Corson, en 1974, realizaron un programa para evaluar la viabilidad de la Terapia Asistida por Animales en un entorno hospitalario, obteniendo excelentes resultados. Emplearon perros con 50 pacientes en el hospital psiquiátrico que no respondían al tratamiento tradicional, obteniendo aumento de la comunicación, aumento de la autoestima, independencia y capacidad de asumir responsabilidad para el cuidado de los animales. En el Centro Médico Forense de Dakwood (Ohio) David Lee, un asistente social del Hospital Psiquiátrico, una instalación para enfermos mentales peligrosos, introdujo animales (entre ellos aves), que actuaron de catalizadores de interacciones sociales entre el personal y los pacientes, entre los mismos pacientes y se redujo significativamente la violencia de estos enfermos.

En 1981 la prisión de mujeres de Purdy, en Washington, comenzó a entrenar perros rescatados de perreras y cuyo destino era el sacrificio, para realizar TAA con personas discapacitadas. Esto da la oportunidad a las reclusas de cuidar de un ser vivo (muchas son madres y están alejadas de sus hijos), aumenta su autoestima (el animal no las juzga por el motivo por el que las hayan encarcelado), aprenden un oficio y se sienten reinsertadas al ofrecer luego estos perros a las personas con minusvalía que los necesitan. Han adiestrado ya más de 500 perros. Erika Friedman, James Lynch y S. Thomas, en 1980 publican su estudio realizado con 92 pacientes "Animales de compañía y supervivencia en pacientes un año después de salir de una unidad de cuidados coronarios". 

Anderson en 1991, publica "Propietarios de mascotas y factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares" Realizó un estudio en 6.000 pacientes. Los que tenían mascotas mostraban menores cifras de tensión arterial, colesterol y triglicéridos (sobre todo en mujeres de más de 40 años). También en 1991, en el estudio de James Serpell en el Reino Unido "Efectos beneficiosos en los propietarios de mascotas en varios aspectos de la salud y comportamientos humanos" evidenciaba que hay menos problemas de salud en el primer mes después de adquirir una mascota (coincidiendo con varios autores), y esto se mantiene hasta 10 meses. Entre otras cosas, aumenta la autoestima y se realiza más ejercicio.

Un ejemplo más actual se encuentra en un trabajo de investigación tipo casos y controles realizado de Colombia en la cual se tomo a 24 niñas de 10 a 11 años de un colegio a las cuales se les dio como tarea durante el periodo de clases acariciar un conejo durante 45 minutos. Sus calificaciones mejoraron en un 50% en comparación al grupo control. 

Beneficios generales de la Terapia Asistida por Animales:

- Se estimula la producción de células T, endorfinas y hormonas.
- Disminuye los niveles de presión arterial.
- Aumenta los niveles de serotonina.
- Disminuye las contracturas musculares.
- Estabiliza el tronco y la cabeza. 
- Corrige problemas de conducta (agresividad, aislamiento, etc)
- Disminuye la ansiedad y los temores personales. 
- Fomenta la confianza y la concentración. 
- Mejora la autoestima, el autocontrol de las emociones y la autoconfianza. 
- Estimula la capacidad de atención y el equilibrio, la coordinación psicomotriz.
- Incrementa la interacción social y la amistad.
- Aumenta la capacidad de adaptación. 
- Trabaja la memoria. 
- Enriquece el vocabulario.
- Fortalece la musculatura.
- Ayuda a relacionarse con personas que no pertenecen al entorno familiar o escolar.
- Desarrolla el respeto y amor hacia los animales.

Así como el terapeuta humano no puede curar un problema, tampoco pueden los animales. Sin embargo, ambos pueden actuar como catalizadores para que aflore la capacidad natural de una persona de resolver sus problemas psicológicos, ya que en esta vida todo depende de nuestro propio trabajo personal. No hablamos de un remedio mágico, sino de una tarea larga y constante.


1 comentario:

  1. Hola, me encanta tu entrada! Soy residente de familia y estoy investigando para formarme en TAA, pero no me queda muy claro si desde del punto de vista de un médico hay salidas laborales. No sé si me podrás aconsejar, pero recomendarías hacer un master?

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